Principio de precaución

Artículo publicado en LA RAZÓN, suplemento A TU SALUD

la razon

El principio de precaución o de cautela es una herramienta clásica en la gestión de riesgo. Por supuesto, también en la gestión del riesgo alimentario.

Y como otros tantos términos y expresiones en el ámbito alimentario, es algo sobre lo que todo el mundo se siente docto para opinar, para justificar una medida de gestión del riesgo o, lo que suele ser más frecuente, para criticarla por considerarla excesiva, rebautizando entonces la herramienta como “principio del por si acaso”.

El comportamiento de los seres vivos ante la salud o la enfermedad no responde a las ciencias exactas. No es infrecuente que, ante problemas emergentes, desconozcamos más de lo que sabemos.

El estado del conocimiento no siempre está lo suficientemente avanzado como para poder ofrecernos una explicación completa de todo lo que necesitaríamos entender.

En tales ocasiones, la sociedad, lo verbalice o no, prefiere curarse en salud, y nunca mejor dicho. Y respondiendo a este sentir, el gestor de riesgos aplica el principio de precaución.

Es cierto que ha de aplicarlo con mesura y proporcionalidad, con sentido de la oportunidad y urgido por saber más, para revertir sin demora restricciones innecesarias. Tarea compleja y comprometida que requiere preparación y experiencia.

Pero siendo éstas imprescindibles, su utilidad decae si el gestor en cuestión no tiene interiorizada la que nosotros conocemos como “la Regla de Oro”: primero, seguridad; después, calidad; y sólo después, el resto.

José Ignacio Arranz Recio
Presidente del Foro Interalimentario